lunes, 19 de noviembre de 2012

Poco tiempo

No me preguntes cómo, pero al menos para mi, basta una o dos semana para ver tan lejano y ajeno a mi, incluso a aquel al que le contaba cada detalle de mi vida. Como si hubiesen pasado años, como si hubiese dejado de importarme así no sea cierto, luego sus recuerdos se tornan borrosos, aparecen solo por partes en mi memoria como si hubiésemos estados borrachos, de lo que fuera, amor, amistad, felicidad tal vez, compañía, lo que fuera, que hacía que todo fuera como purpura, como rosa, como si tuviese sentido o tal vez lo tenía no?

Todo efímero

Pero, después, cuando estoy en silencio, todo parece ser una efímera sensación, deja de ser real el sentimiento, se convierte en vacío, un vacío que aún no puedo diferenciar del hambre, como niebla, un ambiente color a polvo, sin ser suficiente para ni una lagrima derramar, sin ser tan poco como para solamente ignorarlo, un vacío que no cura, un vacío que es constante desde hace ya años, largos años, pero ahora que caigo en cuenta, estos eran días lejanos, días que al parecer nunca llegarían y sin embargo, hoy los hemos alcanzado, o tal vez ellos a nosotros.

Y parece eterno, este tiempo que no pasa lento, parece eterno este sufrimiento, interrumpido por cortos momentos de alegría, que le dan color, matices azules y purpuras, dudo entonces de que puede ser más real, dudo entonces de estar despierta y me imagino durmiendo, apartada de lo verdadero, tratando de encontrarlo, tratando de huir hacía algo, algo de lo que no tengo ni la menor idea. LIBERTAD.

Callar...

Decidimos callar esas palabras de dolor que ambos expresamos pocas veces el uno al otro, sin embargo cuando lo recuerdo parece constante el sonido de su voz hundido en la desesperación de la rutina interminable, en la ausencia de mis brazos y mi amor, y yo, con mi inconsolable tristeza de ataduras, de gritos encerrados le hablaba lento, ambos tratando de evitar el sufrimiento del otro, aún así solo prolongándolo.

Pero.. decidimos callar esos sentimientos para detener esa situación que en realidad nos acompaña cuando la noche se hace fría y es inevitable acordarnos de la tenue luz del parque a media noche, de nuestras voces tristes alargando la despedida, de los abrazos casi secos que predecían una gran melancolía, y todavía alguien me pregunta porque quiero escapar, si no ven, que todo se arreglaría si fuese posible huir al vacío, si fuese posible huir al mismo vacío y ya no meditar sino estar solamente.

Tu aroma

Desvanecido el aire trae el recuerdo de tu sabor,
entra en mis pulmones como el aire oxigenado que de vez en cuando me asfixia,
pero que está aquí,
justo cuando ya no hay nada,
cuando los pasos no tienen sentido,
cuando el plan de huida ha perdido la razón,
cuando pretendo hacer lo que se debe,
cuando he perdido luz propia,
vuelve a mi,
el dulce sonido de tu saludo,
el aroma de tu presencia que hasta parece poder venir hasta mi,
y todo flota, es liviano el dolor de no sentir.

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La corriente se llevo lo que quisimos ser, pero en el lago del insomnio nos aguardan pacientemente los recuerdos al anochecer..

Dolor... que se conserva.

El dolor en tus palabras aún me hiere alma,
me hace temblar las manos,
logra romper la expresión de nada,
como encontrar un porque,
como hacer que se borre esto que sucedió,
quien será el culpable cuando las cosas solamente pasan,
dime porque buscar consuelo,
dime porque buscar refugio de todo esto,
como saber el justo instante en que se rompió nuestro cristal
explícame porque quiero huir,
cuanto quisiera hermano mio que tu volvieras,
cuanto quisiera no seguir perdonando tus golpes en las paredes,
cuanto quisiera que no dudaras de la vida,
cuanto quisiera que este techo fuera suficiente y no querer irme,
si tan solo pudiera cambiar los gritos por aquellas travesuras de niños,
si pudiera cambiar los golpes por esas risas en parque,
tu indiferencia por la sonrisa de "todo estará bien"
si tan solo pudiera cambiar este dolor por lo que fuimos...