jueves, 19 de abril de 2018

Pesadilla

3 am. Pesadilla. Despierto gritando y llorando, el mono se asusta y viene a consolarme. Mamá habría hecho lo mismo.

Ya no duermo mas, desde entonces no he dormido mas.
Si ella hubiera estado aquí me habría dicho: 'ya pasó, todo era un sueño, todo era un sueño'. Ella no estaba, pero yo repetí sus palabras en mi cabeza. Y no funcionó.

Me disparó y sentí alivio por un instante, no iban a torturarme, mi vida no les importaba. Me desvanecí preguntándome que seguía, me desvanecí preguntándome si era el fin, si ya no habrían mas sueños, mas ilusiones. 'No, no puede ser, Diana despierta' rogué, y desperté. Tuve suerte, yo siempre he tenido suerte.

¿Y los que no? ¿Y los que no tienen a donde despertar? Los que desaparecen con sus esperanzas. O peor, los que no matan, los que no tienen ese alivio, los que tienen que vivir la pesadilla hasta el final ¿Y ellos? No, no era solo un sueño. Me despierto y la vida es así. Me despierto y tengo miedo y tristeza por todos los que no tienen otro mundo donde despertar. Me despierto y su dolor me mata, me despierto y no despierto, no puedo dormir, no quiero dormir, no quiero estar despierta, estoy aterrada, aterrada por ellos.

martes, 3 de abril de 2018

Preguntas gigantes

La visualizo así: hay una pregunta escrita en una frase, una frase con muchas palabras, te acercas y ya no hay frase ni palabras, solo alcanzas a ver letras gigantes, te acercas más y entre esas letras gigantes hay puntos, puntos gigantes y negros. Te acercas más y ahí, diminuta, en medio de esa mancha negra que ya no se sabe que es un punto, estoy yo.

lunes, 2 de abril de 2018

¿Importa? Importa.

Hoy la cosa es así. La soledad es permanente. Ya lo han dicho muchas veces, los sentimientos no están en las circunstancias sino en uno.
Llevo tiempo observando, cuando las circunstancias cambian, hay un noséqué que se aferra con todas sus fuerzas y a mí misma me dice 'agárrate fuerte, no lo dejes ir'. No, lo dejo ir, no quiero agarrarme fuerte a nada mas que no sea mi propia fortaleza. Eso suena razonable. Pero no encuentro que sea mas que un ideal. Ni veo ser capaz, ni veo que otras personas sean así. Cuando veo a mi al rededor, lo que hay es que las cosas que yo condeno son las mas cotidianas y aceptadas, entonces me parece un capricho de superioridad tratar ser distinto, negar lo sencillo y cotidiano.
Lo dejo ir. Cada dejar ir es un paso mas a las preguntas sin respuesta y a caminos bifurcados que no logro descifrar. Lo dejo ir. Cada dejar ir es un vacío insoluble, la levedad, la de Kundera, que no me abandona nunca. Cada dejar ir es una ilusión de humo que se deshace en mis manos y me quedo, observando el humo no ser. Observando el humo ser, lo que es.

Soledad. Observo el humo desvanecerse y deseo que alguien mas lo vea conmigo. Esa es la soledad. No hay nadie mas observando el humo. Nadie escuchando el llanto. Nadie mirando mis ojos.

Y acaso, ¿importa? Importa. No quiero, pero importa.

Días grises y ánimos disueltos. Trato una sonrisa. Trato el apetito. Trato el sueño. Trato la indiferencia. Finjo. Y lo justifico. Y mi yo me dice 'no tiene sentido' y el mundo me dice 'no hay nada mas que tenga sentido'. Mis opiniones se enfrentan a las intuitivas, a las impuestas, a las aprendidas. Y no gana ninguna. Y no consigo nada. Y nada se resuelve. ¿Importa? Importa. Estoy perdida en caminos de preguntas, estoy perdida en sus letras, en sus puntos, en sus formas, no veo nada, soy pequeña y no hay panorama.