lunes, 2 de abril de 2018

¿Importa? Importa.

Hoy la cosa es así. La soledad es permanente. Ya lo han dicho muchas veces, los sentimientos no están en las circunstancias sino en uno.
Llevo tiempo observando, cuando las circunstancias cambian, hay un noséqué que se aferra con todas sus fuerzas y a mí misma me dice 'agárrate fuerte, no lo dejes ir'. No, lo dejo ir, no quiero agarrarme fuerte a nada mas que no sea mi propia fortaleza. Eso suena razonable. Pero no encuentro que sea mas que un ideal. Ni veo ser capaz, ni veo que otras personas sean así. Cuando veo a mi al rededor, lo que hay es que las cosas que yo condeno son las mas cotidianas y aceptadas, entonces me parece un capricho de superioridad tratar ser distinto, negar lo sencillo y cotidiano.
Lo dejo ir. Cada dejar ir es un paso mas a las preguntas sin respuesta y a caminos bifurcados que no logro descifrar. Lo dejo ir. Cada dejar ir es un vacío insoluble, la levedad, la de Kundera, que no me abandona nunca. Cada dejar ir es una ilusión de humo que se deshace en mis manos y me quedo, observando el humo no ser. Observando el humo ser, lo que es.

Soledad. Observo el humo desvanecerse y deseo que alguien mas lo vea conmigo. Esa es la soledad. No hay nadie mas observando el humo. Nadie escuchando el llanto. Nadie mirando mis ojos.

Y acaso, ¿importa? Importa. No quiero, pero importa.

Días grises y ánimos disueltos. Trato una sonrisa. Trato el apetito. Trato el sueño. Trato la indiferencia. Finjo. Y lo justifico. Y mi yo me dice 'no tiene sentido' y el mundo me dice 'no hay nada mas que tenga sentido'. Mis opiniones se enfrentan a las intuitivas, a las impuestas, a las aprendidas. Y no gana ninguna. Y no consigo nada. Y nada se resuelve. ¿Importa? Importa. Estoy perdida en caminos de preguntas, estoy perdida en sus letras, en sus puntos, en sus formas, no veo nada, soy pequeña y no hay panorama.





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