viernes, 12 de octubre de 2012

Tu y la libertad.


Las canciones de desamor que no escuchamos ayer,
hoy parecen escritas especialmente para nosotros,
no quiero que seas mi ilusión, te quiero real, te quiero conmigo,
como el único que ha podido quererme realmente,
como el único al que he podido querer,
porque para ti deje de ser la rompecorazones
que pasó desapercibida por la vida de todos aquellos
que alguna vez se interesaron en mí,
pero si trato de enumerar cosas malas y buenas sobre nosotros,
siempre encuentro cosas terribles,
siempre me hiero viendo cuan malos hemos sido con nosotros mismos,
“con nuestra otra mitad”,
no logro entender como esto ha durado tanto tiempo,
no logro describir que es lo que tanto amo de ti,
pero tu aliento se pasa lentamente por mi cuello,
tus susurros en mi oído me seducen de nuevo,
y termino queriéndote una vez más.
¡Ay no! Viene ahora la cordura, con sus armas letales,
hace que mi vista deje de ser borrosa,
y entiendo tantas cosas sobre ti,
no quiero dejarte ir,
pero soy feliz, somos felices,
¿pero qué será de nosotros?
tu crees que puedes convencerme,
pero no es así,
debo dejarte para que tu encuentres tu familia,
y yo mi libertad.
Tu, cariño mío, eres parte de mi vacío,
uno que nunca podrás llenar,
pero eres el pedacito,
que evita que todo se venga al piso,
tu, cariño mío, no sé qué haré sin ti,
pero no sé qué haré contigo infeliz,
te prefiero como un desconocido feliz,
que se ha olvidado de esta ingrata,
y si así fuera, ¿qué sería de mi?
Todavía ni siquiera sé porque estoy preguntándome esto,
no sé porque estoy hiriéndome,
no sé porque mi valentía no me alcanza
para hablarte y contarte lo que siento,
pienso en que los días pasan rápido
y terminan convirtiéndose en años,
y ese momento pinta ser horrible,
la escena de una familia feliz,
y a lo lejos una chica observa consumida en llanto o desilusión,
se oculta, buscando no arruinar lo que tanto quiso que fuera…
No soy capaz de aceptarlo, pero siempre estuviste perdido para mí.

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