viernes, 30 de octubre de 2015

Relatos de madrugada.

Me gusta ver la calle,
vacía, deshabitada,
silenciosa y misteriosa,
cada paso hace eco,
cada suspiro se oye a lo lejos,
las mentes de los habitantes se hallan sumergidas en sueños,
solo hay un alma,
se acerca sin consuelo,
le persiguen los perros,
ni se inmuta ante ellos,
no hay manera de descifrar su silencio,
descifrar su lenta y calmada mirada,
no puedo descubrir su alma,
la noche lo cubre, lo cuida,
yo lo espío en silencio,
sus pies descalzos,
su equipaje constante,
su alma solitaria, vagabunda,
camina ante mí,
como un misterio.

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