Que el colchón de mi cama se convierta en agua helada y la roca que está
atada a mi cintura me lleve hasta el fondo del poso, que las nubes se
desplomen y se desvorone la nada, que me arrastren al lleno si no puedo
saltar al vacío, si es que a lo lejos se alzan mis sueños, cerca sobre
mi se lanzan las pesadillas, sin justicia, sin libertad y ya sin ganas,
¿A quién le quedan esperanzas?
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